Permanencia

 


Se sentía muy cansado, no estaba seguro si era por su edad o era simplemente el clima, quizás los alimentos que ingería.

La vida seguía igual, la rutina del trabajo, las tareas domésticas, los videos de internet, todo siempre igual, ya no quería esa rutina, deseaba un cambio, pero no tenía idea de cómo llevar a cabo ese cambio, sólo estaba inquieto.

Ya no le importaba la opinión de los demás, se reservaba siempre su opinión, sus pensamientos, sus sentimientos, aunque le era muy fácil escuchar a los demás y aconsejarlos, para él era difícil pedir ayuda o abrirse a los demás, hacia meses que había dejado de hablar con sus amigos y con su familia.

Ahora que vivía solo, se sentía en paz.

 

Amaba el silencio.

 

Sólo escuchaba sus pensamientos, a veces le daba tantas vueltas a todo, se hacía preguntas y se contestaba a sí mismo, creía que no necesitaba de momento a nadie más, claro que dependía de otras personas, de quienes se llevaban la basura, quienes reparaban el alumbrado público, al personal del supermercado…

Pero siempre prefería estar solo.

Aún cuando había tenido relaciones sentimentales duraderas, sabía que no tenían futuro, sabía que tenían caducidad, que todo llegaba a un fin, por lo tanto, ya no le causaba ansiedad la separación, sabía que todo lo que comienza, iba a terminar en algún momento, lo único molesto era no saber exactamente cuándo.

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