INVIERNO

Ya se había acostumbrado al frío del invierno.

Cada noche sólo pensaba justo antes de dormir, en todo aquéllo que se perdió por no haber querido arriesgar, por haber preferido la comodidad de ese momento, justo hace 5 años…


Hacía mucho que dejó de sentir arrepentimiento, ya no lloraba en su soledad.

Se quedaba solo mirando hacia arriba, como esperando escuchar una voz que le dijera que todo estaría bien, que la aceptación de las consecuencias que afrontaba ahora, le harían cambiar para bien.

Cada día era nuevamente una rutina.

Despertar, desayunar, darse un baño, cepillarse los dientes, ir al trabajo y ahí tratar de hacer su mejor esfuerzo, aunque lo reconocían, era algo que para nada le importaba, ni en lo más mínimo.


Éste año había sido muy malo para él.

Ni siquiera el cielo de octubre anunciando el otoño lo había sacado de su letargo, se encontraba solo, se sentía abandonado, estaba herido.

Le dolía saber que desperdició la oportunidad de tenerlo todo a su lado, la lealtad, la compañía, la escucha, el calor para pasar el invierno.


Pero su vida estaba construida de esos momentos, de decisiones que parecían tan difíciles de tomar y siempre terminaba eligiendo la más obvia, la que le hacía sentir más cómodo consigo mismo.

En el fondo y en la superficie era un maldito egoísta…


Ella lo sabía.

Y aún así en ese último momento le pidió ser su compañera, su cómplice, su amante, le pidió una última vez que le permitiera construir un presente juntos…

Pero él se negó, ahora ya es muy tarde, está sólo, tal como lo decidió.


Éste invierno sólo anuncia el siguiente y todo seguirá igual...


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